Caso Maeso o Como funciona un hospital

No se si conocéis el caso Maeso, pero es sorprendente, os hago un pequeño resumen sin pretender sentar cátedra:
El señor Juan Maeso, jefe del servicio de anestesia del hospital valenciano La Fe esta inculpado por infectar presuntamente la hepatitis C a 276 pacientes entre 1988 y 1998 al administrarse a si mismo el anestésico como estupefaciente con las jeringuillas que posteriormente utilizaba para anestesiar a los pacientes.
El fiscal pide una pena de 2.214 años y una indemnización de 30 millones de euros.

Pero, más allá de lo alarmante del caso, la declaración que esta realizando durante estas semanas Maeso en la Ciudad de la Justicia de Valencia saca a la luz hechos muy interesantes a la vez que alarmantes y vergonzosos sobre el funcionamiento de la sanidad pública.
Por ejemplo, hemos sabido que un anestesista puede atender tres intervenciones a la vez, puede realizar hasta 170 horas (¡7 dias!) continuas de guardia sin descanso, se puede ausentar de guardias en un hospital público para operar en hospitales privados, los partes de intervenciones quirúrgicas se falsean y se omite la firma obligatoria.
Pensar que todas estas irregularidades que cometía el acusado según documentos aportados al sumario son exclusividad de él y que no se realizan con asiduidad en los hospitales de todo el estado es pensar con demasiada indulgencia.
Y aún queriendo pensar así, no se nos puede escapar que las actividades realizadas por Maeso requerían una permisividad por parte probablemente de la dirección de los centros e indudablemente del resto del equipo médico que compartía horas de trabajo con él y por tanto estaba al corriente.
Y esto si que me parece importante, puesto que el trabajo de un médico y con más razón en el ámbito de la sanidad publica debería ir más allá del desarrollo de una actividad profesional y por lo tanto debería tener controles periódicos en los que probablemente, se hubiera detectado que este sujeto realizaba guardias en días sucesivos, desaparecía el anestésico sobrante o se ausentaba en las guardias.
Si esperamos que un hospital en particular (la sanidad pública en general) funcione correctamente simplemente por la profesionalidad de sus trabajadores pecamos otra vez de ingenuos, y si no, pensad:
Un trabajo fijo y remunerado más allá del rendimiento, sin un control serio de horas trabajadas, ausencias, pacientes revisados... si esto no es suficiente caldo de cultivo para la dejadez añadamos una gran cantidad de trabajadores donde ocultar tus faltas y un amor de estos por su puesto de trabajo (totalmente justificado después de seis años de carrera y una oposición durísima –MIR- que te asigna plaza fija tan solo para cuatro años ) que te impida alzar la voz por miedo a perderlo.
En la practica esto lleva, si no al flagrante caso de Maeso, si a ausentismo durante la jornada laboral fija, a abuso de los médicos adjuntos sobre los residentes (médicos con contrato laboral y DOCENTE), a incumplimiento de las guardias, etc.
Y por último, si esto no es suficiente lastre para la sanidad pública pensemos en el resto de problemas como son la falta de recursos e instalaciones o el más grave de todos ellos, la relación de desconfianza medico-enfermo que lleva a los enfermos a denunciarlo todo y a los médicos a realizar medicina defensiva (que no preventiva).Aún así, no seré yo quién descubra que España cuenta con uno de los dos o tres mejores sistemas de salud públicos de mundo, pero en momentos como este, en los que se estudia el aumento de dinero para sanidad al mismo tiempo que se lleva a cabo un juicio debido no solo a los actos criminales de un médico, también a la complicidad de los compañeros en primera instancia, pasando por la permisividad de los hospitales y acabando en la falta de control de la Conselleria de Sanidad, uno no deja de pensar si antes de dar más dinero a los hospitales no seria conveniente controlar lo que ya tienen a fin de sacarle más provecho.