Spain is different
España es un país de manifestaciones, no creo que nadie lo ponga en duda.
Que hay un atentado, nos manifestamos.
Que un barco naufraga y nos llena las playas de La Coruña de petróleo, nos manifestamos
Que la sequía acaba con nuestros campos y nuestro desarrollo económico, nos manifestamos.
Que nuestros soldados van a la guerra, nos manifestamos.
Que pretenden eliminar Historia del Arte de los estudios universitarios, nos manifestamos.
Que se pretende negociar con ETA, nos manifestamos.
Pero las manifestaciones son muy diferentes entre ellas, y no debemos caer en la tentación de verlas a todas iguales.
Por ejemplo, hay manifestaciones cívicas y pacificas, donde nadie increpa a nadie, no se oyen insultos, ni por supuesto, hay intentos de agresión como fue la que se hizo contra la guerra de Irak.
No confundirla con otro tipo de manifestaciones xenófobas y fascistas donde todos sus manifestantes son de la ultraderecha y pueden agredir a cualquier conciudadano de bien, como por ejemplo, la manifestación en apoyo de las victimas del terrorismo hace unos meses.
Luego, también tenemos las manifestaciones representativas, que reflejan el sentir de todo un país, sin excepción, como la que este fin de semana tuvo lugar en el País Vasco apoyando el dialogo con ETA.
Diferente a la que pudimos ver este mismo fin de semana por las calles de Madrid, donde los simpatizantes fanáticos del partido de la oposición se manifestaron en contra del dialogo con ETA para crispar la realidad política del estado Español.
Otro punto diferenciador en las manifestaciones es la finalidad de estas, por ejemplo, recordemos como las manifestaciones producidas tras el accidente del Prestige eran para exigir responsabilidades al gobierno que provocó este desastre, mientras que, por ejemplo, la manifestación pidiendo agua para la Comunidad Valenciana, Murciana y la provincia de Almería es una manifestación con finalidades políticas y por tanto, sus manifestantes pierden toda la razón, por cientos de miles que sean.
¿Y que me decís de la motivación que lleva a la gente a manifestarse?
Aquí también observamos claras diferencias, a un lado, las concentraciones de gente en las sedes del PP el día de reflexión de las elecciones generales del 2004 fueron manifestaciones del sentir popular, espontáneas y de libre pensamiento.
Observemos la clara diferencia con las manifestaciones en contra de eliminar la carrera de Historia del Arte, o en contra de que el gobierno de España ignore el Estatuto de la Comunidad Valenciana llamando Catalán a lo que en él se dice claramente que se llama Valenciano, manifestaciones claramente motivadas, dirigidas y formadas por la oposición con el único propósito de ir contra el gobierno, y que no son representativas de nadie.
Aún hay más diferencias, por ejemplo, en la forma de contar las manifestaciones, hay algunas que se empiezan a contar a partir del numero 100.000, así, por ejemplo, si fuera yo ahora mismo al País Vasco a manifestarme a favor de la libertad sin cargos para Otegui, a la manifestación habrían acudido varias decenas de miles de personas.
Por el contrario, hay otras que empiezan a contarse a partir del numero –200.000, así, si me voy a Madrid, y me manifiesto en contra del dialogo con ETA ¿qué dirán? ¿Que han ido menos doscientas mil personas?
Que hay un atentado, nos manifestamos.
Que un barco naufraga y nos llena las playas de La Coruña de petróleo, nos manifestamos
Que la sequía acaba con nuestros campos y nuestro desarrollo económico, nos manifestamos.
Que nuestros soldados van a la guerra, nos manifestamos.
Que pretenden eliminar Historia del Arte de los estudios universitarios, nos manifestamos.
Que se pretende negociar con ETA, nos manifestamos.
Pero las manifestaciones son muy diferentes entre ellas, y no debemos caer en la tentación de verlas a todas iguales.
Por ejemplo, hay manifestaciones cívicas y pacificas, donde nadie increpa a nadie, no se oyen insultos, ni por supuesto, hay intentos de agresión como fue la que se hizo contra la guerra de Irak.
No confundirla con otro tipo de manifestaciones xenófobas y fascistas donde todos sus manifestantes son de la ultraderecha y pueden agredir a cualquier conciudadano de bien, como por ejemplo, la manifestación en apoyo de las victimas del terrorismo hace unos meses.
Luego, también tenemos las manifestaciones representativas, que reflejan el sentir de todo un país, sin excepción, como la que este fin de semana tuvo lugar en el País Vasco apoyando el dialogo con ETA.
Diferente a la que pudimos ver este mismo fin de semana por las calles de Madrid, donde los simpatizantes fanáticos del partido de la oposición se manifestaron en contra del dialogo con ETA para crispar la realidad política del estado Español.
Otro punto diferenciador en las manifestaciones es la finalidad de estas, por ejemplo, recordemos como las manifestaciones producidas tras el accidente del Prestige eran para exigir responsabilidades al gobierno que provocó este desastre, mientras que, por ejemplo, la manifestación pidiendo agua para la Comunidad Valenciana, Murciana y la provincia de Almería es una manifestación con finalidades políticas y por tanto, sus manifestantes pierden toda la razón, por cientos de miles que sean.
¿Y que me decís de la motivación que lleva a la gente a manifestarse?
Aquí también observamos claras diferencias, a un lado, las concentraciones de gente en las sedes del PP el día de reflexión de las elecciones generales del 2004 fueron manifestaciones del sentir popular, espontáneas y de libre pensamiento.
Observemos la clara diferencia con las manifestaciones en contra de eliminar la carrera de Historia del Arte, o en contra de que el gobierno de España ignore el Estatuto de la Comunidad Valenciana llamando Catalán a lo que en él se dice claramente que se llama Valenciano, manifestaciones claramente motivadas, dirigidas y formadas por la oposición con el único propósito de ir contra el gobierno, y que no son representativas de nadie.
Aún hay más diferencias, por ejemplo, en la forma de contar las manifestaciones, hay algunas que se empiezan a contar a partir del numero 100.000, así, por ejemplo, si fuera yo ahora mismo al País Vasco a manifestarme a favor de la libertad sin cargos para Otegui, a la manifestación habrían acudido varias decenas de miles de personas.
Por el contrario, hay otras que empiezan a contarse a partir del numero –200.000, así, si me voy a Madrid, y me manifiesto en contra del dialogo con ETA ¿qué dirán? ¿Que han ido menos doscientas mil personas?
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